El béisbol no significa un simple pasatiempo para los nóveles que practican este deporte en la República Dominicana.
En muchas ocasiones, la pelota, como popularmente le llaman en el país, es la vía para que los jugadores de menor recurso tengan un sustento para su familia.
Lewin Díaz, quien fue en algún momento un prospecto cotizado de los Marlins de Miami, tuvo que luchar con las diferentes vicisitudes, y ver el béisbol como un trabajo desde temprana edad.
Díaz conoció el béisbol jugando el afamado juego de vitillas en las calles de Cienfuegos, una barriada de Santiago.
Se acercó al mencionado deporte cuando tenía 10 años, y desde entonces no ha alejado del bate y la pelota.
“Para mí era un simple juego hasta que tuve que verlo como un trabajo. Pasé por muchas cosas en mi niñez porque veníamos de una familia humilde”, manifestó Díaz, quien juega con las Estrellas Orientales en la Liga Dominicana de Béisbol.
Lewin, el único varón de tres hermanos, dijo que jugar pelota lo convirtió un hombre, ya que tuvo que aprender de responsabilidad y disciplina.
Tomó la decisión de venir desde Santiago a la capital para superar sus habilidades como pelotero. Su entrenador de ese entonces fue William Valdez.
“Pasamos hambre, a veces duramos hasta un día sin comer y sin saber qué comeríamos el otro. Por eso valoro tanto la pelota y mi profesión”, añadió.
Catalogó al béisbol como parte de su vida, incluso la llamó “su esposa”.
Estudios y niñez
Estudiar y jugar pelota para los jóvenes es una de las dualidades más difíciles para los jóvenes del país por la demanda que exige el juego.
Díaz, que tuvo que abandonar sus estudios en tercero de bachiller para venir a practicar en Santo Domingo, mencionó que la conversación con sus padres para dejar los estudios fue uno de los momentos más difícil, ya que sus padres querían que fuera un profesional.
Aseguró que sino hubiese sido pelotero, fungiera como arquitecto.
Adujo que dibujar se le daba con facilidad, y que por eso tenía como principal carrera la arquitectura.
“Recuerdo ese día como hoy y fue muy difícil. Mis padres al final confiaron en mi pero no estaban de acuerdo”, expuso Díaz.
Lewin, que fue el octavo prospecto en la organización de Miami, dijo que tiene previsto retornar al béisbol organizado.
A pesar de que en este momento no cuenta con el respaldo de un conjunto de Grandes Ligas, da por seguro que esto llegará en cualquier momento.
En 20 juegos, Lewin promedia .191 de bateo, lleva 11 empujadas, 13 sencillos y cinco anotadas.
Con Miami, en tres años (2020-2023) Díaz vio acción en 112 partidos, donde acumuló 58 hits con 13 cuadrangulares.
Bateó para .181 y trajo a 27 corredores a la goma.
Antes de subir a las mayores, Díaz era valorado por su poder, además por una gran defensa en la inicial.
Fue cambiado a Miami en 2019, en un cambio con los Mellizos por Sergio Romo.