Salud

El viacrucis de una madre con su hijo tras contraer dengue

Con solo cinco años de edad, el hijo de Jessica de León pasó de “no enfermarse”, a permanecer interno una semana con dengue, contraer ameba, una neumonía, hígado crecido y ahora lidiar con los síntomas de una endocarditis, que dos meses después lo mantiene interno.

Según contó la madre del menor, al día siguiente de darle el alta médica a su hijo en el Hospital Municipal de Yaguate, San Cristóbal, donde estaba ingresado por la picadura del mosquito que transmite el dengue (Aedes Aegypti), presentó una inflamación en una de sus piernas, lo que desencadenó un viacrucis que narró con gran pesar.

Los acontecimientos llevaron a De León a recorrer cuatro hospitales del país en busca de la mejoría de su pequeño. Del Hospital Municipal de Yaguate, fue referida al Hospital Regional Docente Juan Pablo Pina, también en San Cristóbal, con una indicación para ponerle un yeso al infante debido a la hinchazón que presentaba en su pierna.

“Al final tuve que quitarle el yeso, porque no presentaba mejoría y acudí a un hospital de Monte Plata, y ellos fueron los que descubrieron la bacteria que el niño tenía”, indicó la madre.

Diagnosticado con endocarditis, causada generalmente por gérmenes que entran a la sangre y luego se desplazan al corazón, el niño fue enviado al Hospital Pediátrico Robert Reid Cabral, pero en ese momento no había camas disponibles para recibirlo debido al brote de dengue que azota a la población.

“Yo duré mucho esperando que se desocupara una cama, mientras tanto él seguía en el hospital de Monte Plata donde lo estaban medicando con lo que ellos podían”, expresó la madre del menor, quien agregó que no fue hasta un mes después, el pasado 12 de octubre, cuando encontró cupo en el Robert Reid del Distrito Nacional.

Hasta el momento el infante no presenta mejoría, ya que según Jessica “eso es fiebre y fiebre, tiene las plaquetas bajitas por lo que ya se le han colocado cuatro pintas de sangre”, aseguró.

Cómo sobreviven

De León vendía números, pero tuvo que dejarlo para dedicarse al cuidado de su hijo a tiempo completo, hasta el punto de tener que dejar su hogar en San Cristóbal y mudarse a la capital.

Mientras que el padre, residente en Monte Plata, se dedica al campo y cualquier otra actividad que le genere ingresos, para poder costear los medicamentos que conlleva el tratamiento de la enfermedad de su pequeño.

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