La empresa Costa Dorada nació y caminó siempre bajo la sombrilla de la legalidad, pero sin que lo sospecharan sus socios, esta sociedad, que se levantó bajo el credo de un futuro y prometedor desarrollo turístico dominicano, en un inmueble adquirido hace 56 años, estuvo al borde del abismo.
Esta es parte de la historia.
El 13 de junio de 1967, hace poco más de 56 años, el ciudadano Juan Mayol Garrido (fallecido) adquirió, mediante un contrato suscrito con el Banco Agrícola, la parcela 21 del Distrito Catastral número 5, en Baní, un inmueble con una extensión de seis millones 363,202 metros cuadrados, localizado en Bahía de Las Calderas, cuya parte sur colinda con Playa Los Corbanitos, al lado del Proyecto Puntarena, uno de los desarrollos turísticos de mayor auge en República Dominicana.
Nueve años más tarde, en julio de 1976, el empresario constituyó la sociedad comercial Costa Dorada, S. A., junto a otros seis accionistas nominales, empleados de sus empresas, aportando en naturaleza ese inmueble.
Mayol Garrido era amigo y sostenía sociedades en empresas con los hermanos Roberto, José y Jack Serrano Oms, gente de su plena confianza, dueños de la agroindustrial Peravia Industrial, S. A., bien conocida por su marca La Famosa, establecida en Baní.
Al año siguiente de la constitución de la compañía, el día 5 de agosto de 1977, Juan Mayol Garrido vendió a los hermanos Serrano Oms el 50 por ciento de las acciones de Costa Dorada, S. A., y en esa misma fecha los seis socios nominales transfirieron la totalidad de sus acciones.
Se trataba de los nuevos accionistas Jaime Mayol Garrido, Antonio Armenteros Labrador, Juan Antonio Armenteros Hilari, Juan Servera Quetglas, Ángela María Armenteros Hilari y Margarita Mayol de Turull, todos familiares y amigos cercanos de Juan Mayol Garrido.
Traspaso de las cuotas sociales
El 4 de diciembre de 1978, la familia Mayol transfirió la casi totalidad de sus acciones a la empresa familiar Hilari Mayol, C. por A., hoy Sociedad Anónima Simplificada (S.A.S.), de la que eran socios, conservando cada miembro una acción a título personal.
En 1994, los hermanos Juan y Jaime Mayol Garrido dividieron y diversificaron sus empresas, naciendo Mayol & Co., C. por A., ahora una Sociedad de Responsabilidad Limitad (S.R.L.). Como parte del “contrato de cesión y traspaso de fondo de comercio”, suscrito el 26 de diciembre de 1994, Hilari Mayol, C. por A. cedió el 50 por ciento de sus acciones a Mayol & Co., C. por A.
Luego, el 17 de marzo de 2011, José Serrano Oms le transfirió a la sociedad Grand Cays Corporation todas las acciones que poseía en Costa Dorada, S. A. y, de su parte, Roberto Serrano Oms le traspasó a la sociedad Okra Company, Ltd., el 10 de mayo de 2017, su participación en esa sociedad.
Actualmente, las cuotas sociales o acciones de Costa Dorada pertenecen a dos empresas de la familia Mayol: Hilari Mayol, S.A.S. y la Mayol & Co., S.R.L.; dos empresas de la familia Serrano: las Grand Cays Corporation y Okra Company, Ltd.; otros socios minoritarios, miembros de la familia Mayol o de la familia Serrano.
Debido a los cambios y transferencias ocurridos en la composición del capital accionario de Costa Dorada, S. A., esta no había podido iniciar sus operaciones. Y a pesar de que desde su constitución su razón era tener la parcela número 21 del Distrito Catastral No. 5, de Baní, para un posible futuro desarrollo turístico de la zona, la sociedad no presentó operaciones.
Hasta el momento cuando se materializó el fraude, Costa Dorada, S. A. estuvo en control de sus verdaderos socios, lo que se refleja en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias.
Según consta en documentos oficiales, estas obligaciones se reflejan en los formularios IR-2 “Declaración Jurada de Sociedades” para Impuesto sobre la Renta de la sociedad Costa Dorada, S. A. y los formularios de Declaración Jurada correspondientesa la “Liquidación del Impuesto sobre los Activos” de la sociedad Costa Dorada, S. A.
También se consigan en autorizaciones de pago y recibos/comprobantes de pago, todos suscritos por Roberto Serrano, en su calidad de accionista y secretario de la compañía, con respecto a los años fiscales 1997 a 2006, en los que se hace constar que la compañía estuvo sin operaciones, y a partir del ejercicio fiscal 2007 por los contadores de los socios reales de la empresa.
Esta inactividad de la compañía hizo que sus ejecutivos no se ocuparan de mantener al día los documentos societarios por un buen tiempo, un asunto que aprovechado “por algunos sujetos desaprensivos e inescrupulosos” para intentar, mediante la redacción y posterior depósito de decenas contratos falsos, pero que intentan dar apariencia de supuestas ventas de acciones.
Igual, sirvió para usar fraudulentamente “actas de asambleas generales apócrifas que aprueban, falsamente, dichas ventas, para querer arrebatar y, con ello, apoderarse de facto del capital accionario de Costa Dorada”.