Los pasos del actual gobierno para conseguir el éxito al aplicar la reforma de la Policía Nacional y que procura la transformación completa del organismo, se han centrado en la educación desde un matiz más exigente y completo, en cuanto al aprendizaje y la humanización de la labor del agente.
Tanto los nuevos conscriptos, que hoy se forman en la “Escuela de Entrenamiento Policial”, ubicada en el municipio Gaspar Hernández”, provincia Espaillat, y una muy pequeña parte en el campus de Hatillo, en la provincia San Cristóbal, que se encuentra en proceso de remodelación, como los más antiguos miembros de la institución del orden, ahora son entrenados en distintas materias y cursos que procuran enseñarles a desarrollar su labor patriótica y social con la mayor excelencia posible.
Los más de 35,000 policías que están en las calles ya empezaron a ser capacitados en distintos planes por grupos, mientras 817 jóvenes con edades entre 18 a 24 años se forman con rigor en la academia de Gaspar Hernández, con jornadas de formación de 4:45 de la madrugada a 6:00 de la tarde.
El nuevo curriculum
En lugar de que sean solo tres meses para ser lanzados a las calles, la nueva generación de policías que se está formando se capacitará durante seis meses en materias como “Inteligencia Emocional”, una de las claves del renovado proceso de formación que ha dado entrada e importancia a la salud mental.
“Derechos Humanos”, “Cortesía y Disciplina Policial”, “Defensa Personal Policial”, “Atención al Usuario” y “Uso de la Fuerza Policial”, forman parte del nuevo currículum impartido en 30 aulas de 27 estudiantes cada una, de tres materias por día, cada una de dos horas, en dos trimestres.
Fue una Comisión Técnica de Reforma Educativa la que adecuó el pensum conforme a lo que se quiere alcanzar en la Policía, además de que se conformó una Comisión Técnica de Selección Docente para capacitar el cuerpo de 70 instructores que acompañan a los conscriptos en el proceso.
“Antes el docente de una escuela de entrenamiento policial no tenía un perfil, no sabía hacia dónde queríamos ir, solamente llegaba e impartía una asignatura; ahora, todo eso cambió. Ahora el docente tiene más sensibilidad, más preparación”, afirmó el coronel Jorge Landeta Estrella, quien es el director de la Escuela de Entrenamiento Policial en Hatillo, San Cristóbal.
En una visita que realizó un equipo del Listín Diario para conocer el funcionamiento del campus, los encargados del lugar, el coronel Landeta y el teniente coronel Dionis Smith Sánchez, quien funge como subdirector del centro que es dependiente de Hatillo, aseguraron que los futuros agentes recibirán estudios en “Orientación Académica Institucional”, “Historia de la Policía Nacional”, “Estudio de la Constitución Dominicana”, “Ley 590-16 y su Reglamento de Aplicación” y “Comunicación Oral y Escrita”.
Además, dispondrán de aulas con elementos de una educación mixta, con tecnología aplicada para la que también serán dotados cada uno de una computadora portátil, donadas por el Ministerio de Educación (Minerd). Recibirán clases de “Derecho Penal Aplicado”, “Primeros Auxilios”, “Redacción de Informe Policial”, “Ofimática”, “Operaciones de Patrullas”, “Derecho Procesal Penal Aplicado” y “Procedimiento Policial”, entre otras.
Cara a cara
Con sus rostros serios y sus cabezas con ausencia de pelos como distintivo de su posición, además de sus uniformes grises, divididos en compañías conformadas por cuatro pelotones de 56 cada una, se acercaron los conscriptos Oliver Luis Abab, Rafael De León y Christopher Delgado, los tres líderes de grupo.
En principio, se encontraban rígidos y se presentaron ante el equipo con una seriedad que les impedía desenvolverse con una soltura que a medida que avanzaba el tiempo fueron exhibiendo.
El primero en ser cuestionado fue Abad Laurencio, un joven de solo 21 años procedente del distrito municipal La Victoria, quien sueña convertirse en profesor de Educación Física y llegó hasta las filas policiacas contando con conseguir una beca en cualquiera de las 52 universidades para las que el Ministerio de Interior y Policía oferta a los agentes.
“Con mi primer sueldo yo quiero hacerle un regalo a mi madre, que cumplió años y yo estaba aquí y ni siquiera pude llamarla”, afirmó Laurencio, contando cómo no pudo comunicarse con su progenitora, sino hasta dos días después de su natalicio, pero aún así se sentía contento y tranquilo.
Por lo que contó, en su casa lo esperan con ansias, todos orgullosos porque son conocedores del gran esfuerzo que está haciendo para permanecer ahí por el bienestar del núcleo familiar, que de momento se mantiene gracias a los aportes de su madre, quien tiene un colmado.
“Yo me enteré de la convocatoria por una publicidad en la que explicaban todas las ayudas que le dan a un policía y me interesó. Lo hablé con mi familia, mi esposa, yo tengo dos niñas, y al principio no estaban muy de acuerdo, pero terminaron entendiendo que era lo mejor y aquí estamos”, aseguró Rafael, oriundo de Elías Piña.
En el caso de Rafael, a sus 24 años es padre de familia y ya pertenecía a una rama allegada a la Policía Nacional, además de que se dedicaba a varias disciplinas deportivas, y ahora busca otros beneficios sirviendo a la nación para darse una vida diferente.
La rutina
En la Escuela de Entrenamiento Policial de Gaspar Hernández los horarios son estrictos. Se está en pie desde las 4:45 de la mañana para realizar 40 minutos de ejercicio y luego pasar a los baños.
A las 6:20 se sirve el desayuno, de 6:30 a 7:40 de la mañana los conscriptos limpian sus habitaciones, a las 7:45 se realiza el izado de la Bandera Nacional, a las 8:00 arrancan las clases, con un receso de 10:30 a 11:00 de la mañana, y a las 12:00 termina la primera jornada.
De 2:00 a 5:00 de la tarde se desarrolla la última, en el tiempo de intervalo entre una y otra se da el almuerzo. Los 817 aspirantes a policías deben estar en todo momento en el mismo lugar, supervisados por un jefe estudiantil seleccionado dentro de su mismo grupo, y luego de las 10:00 de la noche, no pueden estar fuera de sus habitaciones.