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Kim Jong Un ofrece a Vladímir Putin y a Rusia todo el apoyo de Corea del Norte, habla de la “lucha sagrada” de Moscú

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un se comprometió a respaldar la “lucha justa” de Rusia durante la cumbre que mantuvo el miércoles con el presidente Vladímir Putin que, según Estados Unidos, podría derivar en un acuerdo para suministrar munición para la guerra que libra Moscú en Ucrania.

Tras recorrer as plataformas de lanzamiento de una vase espacial en el remoto este de Rusia, Kim expresó su “apoyo total e incondicional” y afirmó que Pyongyang siempre estará junto al Kremlin en el frente “antiimperialista”.

Los dos mandatarios se citaron en el cosmódromo de Vostochny para una cumbre que demuestra que sus intereses se están alineando frente a las confrontaciones que mantienen, cada uno por su cuenta, y cada vez más intentas, con Estados Unidos. Las conversaciones duraron entre cuatro o cinco horas, y una vez terminaron Kim se marchó, reportó la agencia noticiosa estatal rusa RIA Novosti.

Corea del Norte podría tener decenas de millones de proyectiles de artillería y cohetes antiguos, producidos a partir de diseños soviéticos, que podrían suponer un gran impulso para la campaña rusa en Ucrania, según los analistas.

La decisión de reunirse en Vostochny, el centro de lanzamiento de satélites más importante del país, sugiere que Kim estaría buscando la asistencia técnica de Rusia para sus esfuerzos por desarrollar satélites de reconocimiento militar, que ha descrito como cruciales para elevar la amenaza de sus misiles con capacidad nuclear. En los últimos meses, han fracasado repetidamente en su intento de poner su primer satélite espía militar en órbita.

Pero tanto la compra de armas como el suministro de tecnología de cohetes al Norte violaría las sanciones internacionales que Rusia apoyó en el pasado.

Putin recibió a la limusina de Kim, traída desde Pyongyang en el tren especial blindado del líder, a la entrada del cosmódromo y estrechó la mano de su homólogo durante unos 40 segundos. En su intervención inicial, el líder ruso dio la bienvenida a Kim a su país y dijo que se alegraba de verlo, añadiendo que durante el encuentro hablarían de cooperación económica, cuestiones humanitarias y de la “situación en la región”.

Kim, por su parte, mostró su apoyo a los esfuerzos del Kremlin para defender sus intereses en una aparente referencia a la guerra en Ucrania. “Actualmente, Rusia está inmersa en una lucha justa contra fuerzas hegemónicas para defender sus derechos soberanos, su seguridad y sus intereses”, afirmó. “Aprovecho esta oportunidad para afirmar que siempre estaremos con Rusia en el frente antiimperialista y en el frente de la independencia”.

Los dos mandatarios iniciaron su encuentro con una visita a las instalaciones de lanzamiento de las naves espaciales Soyuz-2, en la que el norcoreano acribilló a preguntas a un funcionario espacial ruso sobre los cohetes.

Después se reunieron acompañados de sus delegaciones primero y cara a cara más tarde, de acuerdo con el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov. Tras las conversaciones, Putin ofreció un almuerzo oficial a Kim, dijo la prensa estatal rusa.

La cumbre se produjo horas después de que Pyongyang disparó dos misiles balísticos hacia el mar, ampliando unos provocadores ensayos que comenzaron a principios de 2022, mientras Kim aprovecha la distracción causada por la guerra de Putin en Ucrania para acelerar su desarrollo armamentístico.

El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur no dijo de inmediato qué distancia recorrieron los proyectiles norcoreanos. El ministro japonés de Seguridad, Hirokazu Matsuno, afirmó que los cohetes cayeron en aguas fuera de la zona económica exclusiva de Japón y que no se reportaron daños en buques o aviones.

Las imágenes oficiales mostraron que Kim estaba acompañado por Pak Thae Song, presidente del comité norcoreano de ciencia y tecnología espacial, y al almirante de la Armada Kim Myong Sik, que están vinculados a los esfuerzos norcoreanos para comprar satélites espía y submarinos nucleares, según el Ministerio de Unificación surcoreano.

Preguntado por si Rusia ayudaría a Corea del Norte a construir satélites, Putin dijo, según fue citado por los medios estatales rusos, que “para eso hemos venido aquí. El líder de la RPDC muestra un gran interés en la tecnología de cohetes. También están tratando de desarrollar el espacio”, indicó empleando la abreviatura del nombre formal del país, la República Popular Democrática de Corea. Ante las preguntas acerca de la cooperación militar, el presidente ruso indicó que “hablaremos de todos los temas sin prisa. Hay tiempo”.

En la delegación de Kim viaja también Jo Chun Ryong, un funcionario del partido gobernante a cargo de las políticas de municiones que visitado recientemente junto al líder fábricas que producen proyectiles de artillería y misiles, aseguró Corea del Sur.

Durante el almuerzo, en el que al parecer se sirvieron exquisiteces de Siberia y del Lejano Oriente ruso como empanadas rellenas de cangrejo de Kamchatka y arándanos rojos de la taiga con piñones y leche condensada, Kim dijo que él y Putin acordaron profundizar en su “cooperación estratégica y táctica” y que considera que Moscú logrará la victoria, en una aparente referencia al conflicto en Ucrania.

“Creemos a ciencia cierta que el ejército y el pueblo ruso lograrán una gran victoria en la lucha justa para castigar a las fuerzas del mal que persiguen ambiciones hegemónicas y expansionistas y crear un ambiente estable para el desarrollo nacional”, afirmó.

A pesar de la frecuencia con la que se producen los ensayos armamentísticos norcoreanos, los del miércoles fueron una sorpresa. El Ministerio de Unificación surcoreano, que se ocupa de los asuntos intercoreanos, dijo que eran los primeros durante una viaje de su líder al extranjero.

Kim podría haber ordenado los lanzamientos para dejarle clara a Putin la postura norcoreana y mostrar que mantiene el control de la actividad militar aunque no esté en la hermética nación, afirmó Moon Seong Mook, un analista del Instituto de Investigación para la Estrategia Nacional, con sede en Seúl.

Moon, un general de brigada surcoreano retirado que participó en diálogos previos entre Pyongyang y Seúl, indicó que el Norte podría haber querido expresar también su enojo hacia Estados Unidos, luego de que el vocero de su Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó en una conferencia de prensa que Putin se estaba reuniendo con “un paria internacional para pedirle ayuda en una guerra”.

Estados Unidos ha acusado a Corea de Norte de proporcionar armas a Rusia, incluyendo bombas de artillería a los mercenarios del Grupo Wagner. Funcionarios de Moscú y Pyongyang negaron esas acusaciones.

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