Miles de personas se congregaron este sábado en el centro de Madrid con motivo de la Marcha Mundial de la Marihuana 2023 para pedir de nuevo la legalización del cannabis.
Los manifestantes reivindicaron un marco normativo que regule lo que consideran “una realidad” que “no se puede obviar”, el consumo.
El cultivo, elaboración y posesión para el tráfico, así como el consumo público, son ilegales en España.
La protesta fue convocada por decenas de asociaciones partidarias de la legalización, como la Confederación de Federaciones de Asociaciones Cannábicas, la Red Estatal de Mujeres Antiprohibicionistas o la Asociación Madrileña de Estudios sobre el Cannabis.
En medio de una nube de humo y un intenso olor a marihuana prendida y hachís, los manifestantes bailaron al ritmo de batucadas y música electrónica y tiñeron el cielo con globos verdes, al tiempo que compartieron porros.
Patricia Amiguet, portavoz de los organizadores, pidió la “legalización de la planta”, reivindicó el derecho a utilizar la marihuana y cifró en cinco millones las personas personas que utilizan, en cualquiera de sus formas, el cannabis en España, un país de 47,6 millones de habitantes.
“Es necesaria una ley que regule el cannabis, porque es algo que ya existe, está funcionando y está funcionando en un ámbito gris donde no supone ningún beneficio a ningún nivel para el conjunto de la sociedad. Es necesario ordenar lo que existe”, resumió en declaraciones a EFE.
Respecto a otras fórmulas como la despenalización, Amiguet opinó que es “el primer paso” para la legalización, y reclamó que terminen los problemas legales por tenencia.
“Necesitamos poder trazar el origen y el final de la sustancia para garantizar la salud y la vida de las personas”, argumentó, y esto sólo requiere “voluntad política” para legislar.