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Discordia por globo muestra cuán tensas son las relaciones entre EEUU y China

AFP

Washington

Las relaciones sinoestadounidenses están tan tensas que pueden descarrilar en cualquier momento, como demostró el episodio del globo “espía” chino derribado el sábado tras sobrevolar Estados Unidos durante varios días y que echó por tierra un viaje muy esperado del jefe de la diplomacia estadounidense a Pekín.

Más allá de las protestas, Washington se esfuerza por mantener el diálogo con su gran rival, abogando por una “gestión responsable” de las relaciones con Pekín.

Estados Unidos había apostado mucho por el viaje anunciado para este fin de semana del jefe de su diplomacia, destinado a ayudar a aliviar las tensiones con China.

Los temas de litigio entre ambas potencias son numerosos. Abarcan desde Taiwán hasta los derechos humanos, pasando por el dominio chino en el campo de los semiconductores.

Para los estadounidenses se trataba de encontrar puntos en común con los chinos y asegurarse de que la competencia bilateral “no se convierta en un conflicto”.

La administración Biden ha destacado las posibilidades de cooperación con Pekín, por ejemplo en el campo del clima, y dijo estar satisfecha con el limitado apoyo chino a Rusia en la guerra en Ucrania.

Pero el incidente del globo “espía” obligó a Blinken a posponer su viaje, demostrando cuán plagado de dificultades es el camino para el acercamiento a Pekín, bajo la presión de la oposición republicana, que ha denunciado la “debilidad” del gobierno demócrata.

Si bien consideró “inaceptable” el incidente del globo, Blinken trató de calmar las cosas asegurando que su visita se reprogramará tan pronto como “las condiciones lo permitan”, e insistió en la necesidad de mantener “abiertas las líneas de comunicación” con Pekín.

Según Jacob Stokes, del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, “la pregunta era si el cambio de tono visto en China significaría que Pekín se comportaría de manera diferente en todo el mundo”. “Hasta ahora la respuesta ha sido no”.

La pregunta actualmente es si el incidente del globo no corre el riesgo de “aplazar el proceso” iniciado en Bali en noviembre pasado, cuando Biden se reunió con su homólogo chino Xi Jinping, o incluso cerrarlo.

La ventana de oportunidad para este acercamiento siempre ha sido estrecha, y el mes de febrero parecía ideal para ambas partes.

Habrá elecciones el próximo año en Estados Unidos y en Taiwán, que China afirma que es parte de su territorio.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, no ha ocultado su deseo de visitar Taiwán tras el viaje de su antecesora demócrata Nancy Pelosi el pasado mes de agosto, que había agudizado las tensiones con Pekín.

Un alto funcionario militar estadounidense, el general Mike Minihan,  advirtió a sus tropas en un memorando reciente que se prepararan para la guerra después de las elecciones en Taiwán en 2024.

Yun Sun, directora del programa sobre China del Centro Stimson, descarta la idea de que alguien haya querido torpedear el viaje de Blinken, y señala que el propio Xi Jinping debía recibir al jefe de la diplomacia estadounidense.

Pekín también ha realizado un raro acto de contrición al expresar su “pesar” por el incidente.

“Los chinos valoraban esta visita porque realmente quieren trabajar con los estadounidenses para mejorar la relación, especialmente porque su prioridad es la recuperación económica”, dijo Sun.

Queda por ver si el incidente no es el signo de una peligrosa escalada por parte de China.

Matthew Kroenig, exfuncionario del Ministerio de Defensa e investigador del Atlantic Council, señala que numerosas armas nucleares están almacenadas en silos en lugares remotos del oeste de Estados Unidos, sobre los que precisamente ha sobrevolado el globo espía.

El Pentágono restó importancia a la capacidad del globo para recopilar información confidencial pero, según el analista, China no se habría arriesgado a enviar la nave sin obtener algún beneficio.

“De hecho, le dio a China la capacidad de mapear mejor los silos de misiles balísticos intercontinentales de Estados Unidos para objetivos futuros y medir la respuesta” de Washington, dijo.

“Ello da testimonio de que en Pekín se piensa de manera descarada que el Partido Comunista Chino puede”, agregó.

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