Santo Domingo, RD
El ex-toletero del béisbol de Grandes Ligas, Albert Pujols recordó su época de infancia cuando en el propio Estadio Quisqueya vendía -frikitaki-, con el sueño de ser pelotero profesional, al momento de ofrecer el discurso de agradecimiento en el Día de Leyendas, en el cual se reconoció su magnífica carrera.
Las palabras (Dios, amigos y familia), se repitieron muchas veces, casi tantas como sus batazos en Grandes Ligas, prueba fehaciente de que el dominicano siempre contó con la bendición del altísimo, el apoyo de sus amistades y sus más íntimos familiares en los momentos más importantes de su caminar en las mayores.
“He tenido la bendición de coincidir con mucha gente buena en mi vida, mi familia, mis hijos, mis mejores amigos y el apoyo de todo mi país”.
Pujols confesó que conversó mucho con Dios a través de la oración en medio de la temporada, y específicamente cuando tuvo un mal inicio, pero que siempre confió en la voluntad de su creador y en su trabajo para levantarse como en efecto lo hizo en la temporada en la que finalizó con 24 jonrones.
Su mejor momento
En su manga derecha, Pujols tenía sus mejores estadísticas acumuladas en su carrera de 22 años en las mayores, que incluyen sus 700 cuadrangulares, más de 3,000 hits, más de 2,000 empujadas y 3 premios de Jugador Más Valioso.
A pesar de todos estos logros de manera individual el dominicano dijo que si le hubiese tocado elegir entre los 700 jonrones y otro anillo de serie mundial, se quedaría con el campeonato.
“Solamente cuatro personas han arribado a los 700 jonrones, es un gran logro, pero ganar Serie Mundial es una bendición muy grande y gracias a Dios pude hacerlo con San Luis, es algo que muchos grandes peloteros no pudieron hacerlo”.