El presidente de Chile, Gabriel Boric, hizo ayer martes un cambio en el corazón político de su gobierno, designando a figuras de centroizquierda en ministerios clave como Interior, dos días después del abrumador rechazo a una nueva Constitución que signficó un duro golpe para el oficialismo.
“Chilenos y chilenas, quiero que sepan que hago este cambio de gabinete pensando en nuestro país. Tenía que doler y duele porque es necesario”, afirmó Boric, tras tomar juramento a los nuevos ministros que entran a su gobierno y despedir los salientes.
Sirenas policiales y olor a gases lacrimógenos antecedieron la ceremonia que se llevó a cabo en el palacio de gobierno, en el centro de Santiago, en cuyos alrededores cientos de estudiantes de secundaria reclamaron más recursos en educación, aunque los cánticos con rabia apuntaron al resultado del rechazo a la nueva Carta Magna que había elaborado una Convención constituyente.
El domingo, más del 61% optó por rechazar ese texto que nació tras la violenta revuelta social de octubre 2019, en la elección con mayor participación de votantes (85,8%) en la historia de Chile.
Boric reemplazó de su jefa de gabinete, Izkia Siches y cambió de ministerio a Giorgio Jackson, uno de sus más estrechos colaboradores, quien estaba a cargo de las relaciones con el Congreso.
Politóloga
En lugar de Siches –que se despidió visiblemente emocionada– Boric confió la cartera de Interior y jefatura de gabinete a la politóloga Carolina Tohá, figura de los gobiernos de centroizquierda que asumieron tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Tohá fue vocera del gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2000-2006; 2010-2016) y exalcaldesa de Santiago. Su padre, José Tohá, exministro del Interior del derrocado mandatario socialista Salvador Allende, murió como consecuencia de torturas en 1974.
Jackson fue nombrado al frente del ministerio de Desarrollo Social, que estaba vacante.
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Y va a caer….
El anuncio se desarrolló mientras en las afueras del palacio de gobierno surgían enfrentamientos de manifestantes con la policía. “Y va caer… y va a caer, la Constitución de Pinochet”, gritaron los secundarios, disconformes con el resultado del plebiscito.