Lourdes Aponte
Santo Domingo, RD En el puente Juan Pablo Duarte los conductores se muestran aquejados por la lentitud, taponamientos y las pocas vías alternas que tienen para transitar, ya que una parte de este se encontrará cerrado por casi dos meses por proceso de remozamiento.
Los conductores y pasajeros al ser abordados respecto a la situación, en su mayoría evidenciaron un total descontento de cómo la Dirección General de Seguridad Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) gestiona los tapones.
“Éramos mucho y parió la puerca. No está mal que se arregle este puente que incluso se inunda y tiene muchos baches, pero ellos no se supieron organizar, aquí el tapón te lo hace el Amet (Digesett)”, narró Julio Cruz.
Una de las necesidades que más resaltan los transeúntes es la necesidad de que se le haga al puente un sistema de filtrado de aguas funcional, ya que al llover, este inmediatamente poza aguas en su estructura.
Por su parte las autoridades del proyecto explican que están intentando trabajar lo más rápido posible y califican la situación de “mal necesario”.
Sobre el puente se observan hombres trabajando y un visible rastrillado del pavimento, maquinaria pesada y miembros de la asistencia vial del Ministerio de Obras Públicas.
Algunas áreas han sido cercadas con conos en color anaranjado luminoso, indicando a los usuarios por dónde pueden realizar su cruce o no con sus vehículos.
Cientos de miles de vehículos se desplazan cada día entre la parte orientan y occidental del río Ozama.