Como de costumbre, el invitado estelar de los viernes en el espacio televisivo DemocraciaTVRD, el Licenciado Manuel Núñez Asencio, historiador dominicano destacado, estuvo en el estudio conversando con los Doctores Deomedes Olivares y Miguel Enrique Cabrera Puello, analizando en esta ocasión la referencia del discurso del Presidente Abinader ante la Cumbre de Las Américas.

El presidente de la República, Luis Abinader, participó exitosamente en la Novena Cumbre de las Américas, en la ciudad de Los Ángeles, California, en los Estados Unidos. 

Abinader tuvo la oportunidad de exponer los principales logros de su gestión de gobierno y al mismo tiempo, solicitar una vez más a la comunidad internacional buscar una solución definitiva a problemas de Haití. 

En su intervención, además de la situación de Haití, el presidente Abinader planteó otros dos temas que calificó de urgentes y que amenazan el crecimiento y bienestar del país, que son el subsidio a los combustibles, fertilizantes y alimentos; y la seguridad. 

Asencio se refirió sobre la construcción del muro fronterizo, un nuevo episodio en la conflictiva relación histórica que mantienen República Dominicana y Haití y una porosa frontera de más de 390 kilómetros, uno de los corredores terrestres más importantes de América Latina y el Caribe. 

La considera una de las decisiones más transcendentales de la gestión del presidente Abinader, el cual necesitaría al menos de otro periodo de gestión para culminar los planes de gobierno que ha proyectado y materializar la seguridad propuesta en la línea fronteriza.  

El presidente Abinader ha dado el paso con la prudencia exacta, y el mismo asegura que la construcción de un muro no solo servirá para “controlar la situación migratoria” sino también para frenar la entrada de “bandas criminales” haitianas a su país. 

Haití registra un aumento alarmante en la violencia entre bandas criminales. Ante el vacío de poder que siguió al asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, las bandas delincuenciales intentan controlar zonas de Puerto Príncipe, lo que se ha traducido en un aumento de asesinatos, hurtos y secuestros. 

Esas mismas bandas criminales haitianas se extienden a pueblos del Norte, Noroeste y Noreste de Haití, en ruta hacia la frontera dominicana. 

Esa situación preocupa a moradores de esas zonas haitianas y pone en alerta a las autoridades dominicanas que ya han tomado medidas, con mayor reforzamiento militar para resguardar la parte dominicana, y sobre los puertos, desde donde se presume sale gran porcentaje de la droga que penetra a los Estados Unidos. 

Agregó Asencio que nadie nos va a convencer de que nos conviene cargar con la penumbra que se vive en Haití. 

El liderazgo dominicano debe ponerse fuerte en torno a esto, y asumir con la misma gallardía que el Presidente Abinader, la negativa, de tener que ser el único país que auxilie a los haitianos.  

No necesitamos enfermos, parturientas, niños desamparados, vándalos y delincuentes en nuestro territorio, somos un país en subdesarrollo al igual que ellos, y aunque seamos solidarios no podemos cargar el muerto solos.  

Es injustificable que toda una comunidad de naciones permita que un Estado, en el medio del continente Americano, tenga gran parte de su territorio controlado por bandas criminales. 

Y si no es problema de nadie, mucho menos lo es de República Dominicana.