Como parte del recuento y seguimiento histórico nacional que se desarrolla en el programa televisivo Democracia TV, que se transmite de lunes a viernes a las 5:00p.m. por el canal 19, estuvo este martes en el estudio el ex secretario de las Fuerzas Armadas y destacado historiador, José Miguel Soto Jiménez.

En su intervención Soto Jiménez refirió sobre el periodo histórico del gobierno de Trujillo, como un referente del antes y el después que se creó a nivel nacional, tras la caída del dictador.

Con su obra estudio titulada “Malfiní: Radiografía de un magnicidio”, Soto Jiménez narra la historia secreta que envuelve el ajusticiamiento del tirano. Cuenta  con los capítulos “La muerte del Guaraguao,  Amaneciendo sin el hombre aquel, “Navidad con libertad y El muerto trashumante”, entre otros.

Lo fundamental del libro es que encierra una enseñanza capital y es que el pueblo mediante sus héroes tiene la capacidad de sintetizar una tiranía de 31 años en quince minutos, racionalizar el hecho que significó el 30 de mayo, debe ser el  referente de nuestra democracia ya que fue el referente que la posibilitó.

Es importante que no olvidemos jamás el papel de la historia y es más necesario aun mantenerse en constante análisis de la misma para entender al conformación de la realidad actual y las posibles incidencias en el futuro nacional.

Decodificación Trujillista

Soto Jiménez refiere que existen muchas costumbres y parámetros que de la vida de Trujillo pueden ser descodificados en relación a lo qué es el dominicano.

El hecho de que al Jefe le gustará tomarse su traguito de alcohol, bailar, y disfrutar en exceso de los placeres del enamoramiento, hacen del Generalísimo un dominicano común y corriente.

Sus atavíos de militar, su rango de mandatario y hasta su exceso de rectitud en materia de Estado, no le excluyen de toda una cultura idiosincrática cuya única distinción particular era la de ser un dominicano más, pero con mucho más poderío.

Hay que hablar de un antes y un después cuando se trata de los acontecimientos del 30 de mayo de 1961, siendo este uno de los hechos más trascendentales de la historia reciente dominicana.

Rafael Leónidas Trujillo, en el imaginario de poder del pueblo dominicano, es una figura soberana y controversial.

La muerte dada a Trujillo, dio paso a una transición imperfecta hacia la democracia.

Y se dice imperfecta, porque en nuestro país lo que operó fue un famoso acuerdo, en el cual los poderes facticos que estuvieron sometidos a una sola figura como núcleo central, pasan con la muerte del tirano a no más que un Trujillismo plural.

Sobre Balaguer

En su intervención Soto Jiménez expresa que Balaguer fue el hombre político por excelencia, y los datos sobre su forma de gobierno son tan claros que basta con solo leer para formarse una idea de la metáfora que creó este líder sobre sí mismo.

Ser tesis y antítesis de su propia persona y actuaciones resultaba un hecho simple para la forma de actuación balaguerista.

El mismo hombre que gobernó con mano dura y contención militar durante 12 años, fue el mismo que se limpió las manos reconociendo como atroces los hechos perpetrados en ese periodo de gobierno y culpabilizando a una fuerza militar, que aunque señalada como Trujillista, ya respondía a su gobierno.

El hombre que osó manifestar que la corrupción se paraba en la puerta de su despacho, era el mismo hombre que culpabilizaba a los incontrolables para justificar su actos de represión contra quienes no acataban su forma de gobierno.

Sobre Juan Bosch

Al referirse sobre la figura de Bosch, en su intervención Soto Jiménez le reconoce como otra de las figuras emblemáticas de la política dominicana, comenzó a descodificar al pueblo dominicano a través de su programa Tribuna Democrática.

A Bosch inclusive se le adjudica la creación de términos muy peculiares, como el de “tutumpote”, para denominar un funcionario de alto rango y con gran poderío, pero que no es más que derivado del latín “Tutem Potens” y significa todopoderoso.

Sobre la descodificación de Bosch y su ascenso al poder medió un sinnúmero de circunstancias que encantaron al pueblo, y cuyo máxima valía estaba en que conocía al dedillo la historia de su país.

Trujillo descodificó la demencia del dominicano y Bosch el deseo de Utopía.

Los ideales de Bosch eran tan utópicos que encantaban a cualquiera, pero que resultan insostenibles en el tiempo cuando se les plantea a un pueblo que no está preparado para el civismo y la democracia.

Movimiento Cívico del 1930

El 23 de febrero de 1930, se produjo el Movimiento Cívico que derrocó al gobierno de Horacio Vásquez y facilitó el ascenso al poder de Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Los crecientes grupos de intelectuales, obreros y campesinos que respaldaban a Trujillo, iniciaron en Santiago, el 23 de febrero de 1930, un movimiento revolucionario para derrocar el gobierno. Avanzaron sobre la ciudad de Santo Domingo, fuertemente armados, y obligaron la renuncia de Don Horacio y de José Dolores Alfonseca, y su salida hacia el exilio.

Las puertas del poder, acababan de abrirse para Rafael Leonidas Trujillo, y años más tarde para miembros del movimiento que lo colocó en el poder, entre ellos Joaquín Balaguer, Rafael Estrella Ureña y Silvestre Antonio Guzmán Fernández.