En el programa especial por motivo de la Semana Santa, el espacio televisivo DemocraciaTV, que se transmite de lunes a viernes por el canal 19 a las 5:00p.m., sostuvo una entrevista de carácter religioso, con las pastoras y abogadas Scarlett Ramirez Quiñones y Claudia Del Rosario.
Ramirez y del Rosario conversaron sobre aspectos del proceso judicial llevado a Jesús antes de ser condenado a la crucifixión.
Exponen que el Sanedrín acuso a Jesús de blasfemia, pero sabía que si le decían a Pilato la verdad sobre por qué querían que Jesús fuera ejecutado se habría negado a cumplir con sus demandas.
Pilato como gobernador romano no tendría nada que ver con supersticiones religiosas, LA Blasfemia judía no era motivo suficiente a los ojos de la ley romana para crucificar a Jesús.
Sin embargo Pilato cedió ante el Sanedrín y se rindió a la demanda por la crucifixión de Cristo.
El juicio a Jesús fue un juicio que se oponía por completo a las reglas de la ley hebrea y a los principios de justicia y el proceso estuvo lleno de ilegalidades e irregularidades que el resultado fue, “a todas luces” una violación al debido proceso que se establecía en aquella época.
Cuando arrestaron a Jesús, nadie había imputado cargos en su contra. Fue hasta que lo detuvieron que los sacerdotes y el Sanedrín buscaron testigos:
Los procesos de este tipo eran sometidos a la jurisdicción del sanedrín, que hacía la función de juez en cada ciudad de la tierra de Israel.
Jesús fue acusado y procesado por el sanedrín por delitos religiosos, específicamente por sacrilegio o profanación de lo sagrado. En el orden jurídico hebreo, este delito era sancionado con la pena de muerte por crucifixión.
Herodes recibió a Jesús, pero únicamente se burló de él, según el relato bíblico, al considerarlo como un loco, y, por este mismo motivo, se negó a juzgarlo.
Pilatos sentenció que Jesús era culpable del delito de subversión contra el imperio romano, debido a que se autonombró “rey de los judíos”, que resultaba ajeno al orden establecido por el imperio de Tiberio Julio César. En consecuencia, Pilatos ordenó ejecutar la pena de muerte por crucifixión no sin antes lavarse las manos e indicar que dicha muerte no sería su responsabilidad.
La muerte de Jesús en la cruz, que se conmemora en Semana Santa, es uno de los acontecimientos más importantes de la historia.
Aquellos que hemos sido educados en la tradición católica imaginamos el recorrido a través de Jerusalén, el enfrentamiento con los líderes judíos, las palabras pronunciadas en la cruz, muchos de estos detalles provienen del relato de los autores de los Evangelios, que se guían por agendas teológicas.
La respuesta corta es que no sabemos nada más allá de lo que cuentan los Evangelios y algunas otras referencias; pero lo que sucedió en la muerte de Jesús es la revelación más clara, desde siempre, del alcance increíble de la comprensión, el perdón y la sanación de Dios. La muerte de Jesús lo limpia todo a través de la comprensión, el perdón, y la sanación que desmiente cada noción que sugiere lo contrario.