José Dicén
Bani, RD
Al menos 30 internos con trastornos psiquiátricos se encuentran recluidos en las cárceles de Baní.
Tanto en la cárcel Baní-mujeres como en Baní-hombres hay enfermos mentales, según certifica el equipo médico que atiende las demandas de salud en estos recintos penales.
En la cárcel de la Fortaleza Máximo Gómez, conocida como la cárcel Baní-hombres, sede de la Dirección de la Regional Sur Central de la Policía Nacional, hay 23 internos que presentan condiciones psiquiátricas de cuidado, según ha revelado a Listín Diario el equipo médico que asiste en materia de salud a los reclusos.
El penal Baní-hombres fue concebido originalmente, hace ya varias décadas, como una cárcel preventiva con capacidad para 150 internos; pero alberga a más de 1,300 reclusos, casi en condiciones de hacinamiento.
Los privados de libertad con condiciones psiquiátricas en en este recinto carcelario tiene edades entre 25 y 40 años y la mayoría cumplen sentencias definitivas de entre 3, 5, 10 y 20 años, mientras los menos, son presos preventivos a la espera de la culminación de sus procesos legales.
En la cárcel Baní-mujeres, con una población de casi 60 reclusas, hay ocho internas que padecen condiciones psiquiátricas, entre las que se revelan trastornos de ansiedad, depresivas y de bipolaridad, expresa César Díaz, psiquiatra del lugar.
En la cárcel hombres, según explica el psiquiatra Díaz, las patologías van desde casos psicopáticos, esquizofrenia, ansiedad, cuadros de diagnósticos orgánicos (lesiones previas antes de entrar en la institución), “contusiones que dañan el cerebro”, revela.
La mayor causa de estas dificultades psiquiátricas en estos internos está en el “alto consumo de sustancias controladas (drogas), que evidencian estos enfermos”, afirma Confesora Florentino, psicóloga del equipo de salud de esta cárcel.
De todos estos trastornos mentales que afectan a estos internos, los más complicados y delicados, revela Díaz, son los pacientes con retraso mental. “Aquellos que no pudieron tener el desarrollo intelectual que les permita convivir con los demás internos”, dice.
Cita el caso de los mismos esquizofrénicos que hacen episodios explosivos difíciles de manejar por quienes conviven con ellos, situación que se genera con bastante frecuencia, afirma.